domingo, 25 de mayo de 2008

Derek Jarman: Gay, Punk y el siempre Provocador



Cada año que pasa, el artista británico e iconoclasta, Derek Jarman parece ser más importante en el mundo cultural y al mismo tiempo, más marginal. Su lugar en la historia como el director pionero de películas sobre homosexuales es seguro, pero su trabajo aún es muy poco conocido, y su espíritu innovador parece cada vez más lejano.
Mr. Jarman murió por complicaciones del SIDA en 1994, a los 52 años, y quizá este sea el momento oportuno para revalorarlo. Derek un documental que le rinde tributo, dirigido por Issac Julian y estrenado en el Sundace Film Festival en Enero, se exhibirá en el Museo de Arte Moderno de Nueva York desde el 9 de Junio hasta el 16 del mismo mes. En Junio 24 Zeitgeist Films, la compañía distribuidora que ayudó a Derek Jarman a entrar a las audiencias americanas, estrenará Glitterbox, un DVD
De edición especial que presenta una recopilación de una parte de su trabajo: el neobrechtiano filme Caravaggio (1986), Wittgenstein (1993), la homoerótica ensoñación The Angelic Conversation (1985) y su monocromático discurso Blue (1993), esta última es una especie de filme epitáfico para sí mismo que ningún otro artista ha intentado igualar jamás. El documental de Isaac Julián, Derek, combina fragmentos de algunas películas de Jarman, extractos de una entrevista hecha en 1990, el documental está narrado por una reflexiva voz prestada por tilda Swinton, quien también es la productora ejecutiva del documental. En un correo electrónico, Swinton, una frecuente colaboradora de Jarman y que consiguió su primer papel cinematográfico en Caravaggio, dijo que la idea para la creación de este documental surgió al observar que los aspirantes a directores o de algunos directores cinematográficos le mostraban un profundo desconocimiento sobre este importante artista.

“Parece ser el tiempo correcto para recordar la ancestral tradición que siempre a servido a la civilización” dice la actriz “una actitud de independencia, de veracidad, de provocación poética.”
El mismo Jarman, a pesar su propia tendencia rebelde, dibuja tenazmente en el ejemplo de las generaciones previas. Su poética sensible tiene una deuda con el subversivo lirismo de Jean Cocteau y Jean Genet; su gusto por el barroco nos permite ligarlo con otros directores británicos como Michael Powell y Ken Rusell (quien lo contrató alguna vez como su diseñador de set); también cuenta con otras similitudes con el chico malo iconoclasta que el director recuerda: Caravaggio, el pintor que hizo toda una revuelta en contra del refinamiento Renacentista, y con Ludwig Wittgenstein, el filósofo que siempre fue hostil con la Academia.
Derek Jarman alguna vez lamentó que los heterosexuales tuvieran monopolizada la pantalla – su verdadera frase fue menos amable – “es demasiado duro poder siquiera hallar un cuarto para besarnos.” Su misión fue crear ese cuarto. Su primer película, Sebastiane (1976), es la historia de un idilio romano que hizo explícito el subtexto homosexual de la antigua historia, es no sólo cándida sino también es una épica celebratoria al representar el deseo homosexual de un santo. La película fue condenada por los censores británicos pero después de que se exhibieron los primeros filmes que mostraron erecciones logró superar la censura y salir al mercado.
A pesar de los elementos de dandi en el trabajo de Jarman, él fue el corazón del cine Punk de la época –una conexión reforzada con Jubilee (1977)– filme que dramatiza la consigna nihilista del punk: No Future, con la ayuda de personajes que pueden viajar a través del tiempo tales como la Reina Elizabeth I. Jarman se llamaba a si mismo un “controversialista”, aunque no fue solamente un problemático. Estética y política fueron, para él, inseparables. Su firma es una combinación de belleza, ingenio y furia junto con la polémica.
Su carrera de director coincidió con el “reinado” de Margaret Thatcher, su archienemiga y una especie de musa negativa. En público y en sus películas como “The Last of England" (1988), protestó contra, aquello que él veía como una ruinosa glotona y desalmada, la Bretaña de los 80’s. La era Thatcher con sus políticas disminuyó considerablemente el apoyo del gobierno para la industria fílmica, pero las inhospitalarias condiciones solo provocaron la tendencia de “hazlo por ti mismo” que reforzó y sensibilizó a la comunidad artística de la época.
Entrenado como un pintor, Derek Jarman apreció la dirección cinematográfica desde este punto de vista artístico. “Creo que él hacía películas principalmente para obtener algo de compañía” dijo Tilda Swinton “trabajar con él era trabajar a su lado”
La vida del director alimentó su arte y viceversa. No era una sorpresa que su inminente fallecimiento se convirtiera en una parte central de su trabajo. Tuvo que pelear contra el estigma del SIDA así como tuvo que luchar contra el estigma de ser homosexual, él declaró abiertamente su condición de V.I.H. positivo. Las películas que siguieron el diagnóstico de su enfermedad, especialmente The Last of England y su anacrónica adaptación del libro de Christopher Marlowe, Edward II (1991), son notables por su furia y lucidez.
En la época que hizo Wittgenstein, fecha nada lejana a su muerte, su vista fallaba, de ahí la audaz exageración en el esquema de colores del filme. Su creación final, Blue, alterna un collage aural con un filtro sólido de color azul profundo (filtro patentado por Yves Klein), con ambas formas busca representar y trascender su ceguera y el abismo de su mortalidad.
Hoy en día, Derek Jarman es considerado el padre fundador de lo que hoy se conoce como el New Queer Cinema, un amplio grupo de cineastas –dentro se encuentran Todd Haynes (Poison), Tom Kalin (Swoon) y Mr. Julien (Looking for Langston)¬– que surgió a finales de los años 80’s. “Derek pavimientó el camino para los cineastas independientes, un periodo no sólo para los cineastas putos” Afirma el director Mr. Julien. “Una relevancia particular fue la manera en que Jarman proféticamente rechazó estar atado a una sola forma de expresarse, él incluye en sus películas elementos de la instalación, pintura, escultura, diseño y poesía.
Derek Jarman, de alguna forma, parece comenzar a ser recordado en su país natal. The Film London agency estableció recientemente el premio “Jarman” para cineastas jóvenes. Adempas, el jardín que él atendió fielmente durante buena parte de su vida localizado en la costa inglesa, se ha convertido en una gran atracción turística. Pero como el documental Derek sugiere, con escenas de Tilda Swinton vagando en un prístino Londres del presente y como buscando los pasos del director, mucho o casi todo aquello que el representó y por lo que peleó, hoy se ha desvanecido. Hoy es muy difícil imaginar que un artista tan opositor como Jarman emerja prósperamente y en solitario, en un este clima artístico actual.
Nunca ser encasillado, ser suficientemente comercial como para poder convertirse en una exportación oficial de su país y nunca pertenecer a los parámetros de la industria fílmica británica, fueron algunos puntos de los que Derek Jarman siempre estuvo orgulloso. Con esta forma de pensar, ¿cómo cree la Señora Swinton que él reaccionaría por ser ganadora reciente del Oscar?
“Creo que le se hubiera reído y reído y reído y reído. Y luego él me hubiera pedido derretir la estatuilla para poder hacer juntos una obra de arte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé hasta que punto Derek Jarman es realmente desconocido, es cierto que en México no es nada popular: los cinéfilos lo reconocen con reticencia (al menos, los heterosexuales) y algunos artistas hacen lo suyo. En el resto del mundo es considerado por una comunidad más amplia. Su primera película, Sebastiane, fue un exito entre la crítica y en taquilla, y su películas son celebradas no sólo por los grupos artísticos sino por las sub-culturas en general. Es interesante que un cineasta en cuya obra se encontraba la negación de la academia pueda ser celebrado por lo mismo que negaba y mantenerse como un opositor de ella al mismo tiempo.
Su obra reintrodujo a los homosexuales en el cine y les dio una voz más... "crítica", de ahí que se le nombre padre del New Queer Cinema, sin embargo a lo que se oponía ese grupo de cineastas era a algo diferente, ellos reaccionaron contra el saneamiento de los homosexuales en Hollywood, habían dejado de ser realistas para convertirse en personajes lacrimosos y patetizados (tómese por ejemplo Filadelfia). Los homosexuales de Gregg Araki o de Bruce LaBruce no están libres de "realismo", igual que los punks de Jarman demuestran algo que subyace a su movimiento, elemento que provoco la revuelta punk en el estreno de Jubelee.
Revalorar a Derek Jarman implica separar los caminos que abrió su cine. No solamente la hiper-experimentación, el cine personal y la protesta vienen de él, también el cine barroco y desestructuralista de Peter Greenaway es hijo de Jarman.