De este pintor impresionista (que, por cierto, fue un millonario mecenas de otros pintores como Renoir y Monet) nos pareció por demás interesante esta parte de su trabajo que, además de retratar la cotidianidad del hombre francés de clase trabajadora de finales del siglo XIX, lo hace con una gran carga erótica y llena de virilidad. Me atrevería a decir que además, con una tremenda carga de deseo, pero lo más probable es que sea una mera proyección mía. Disfruten lectores.
martes, 30 de diciembre de 2008
Gustave Caillebotte
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Publicado por
Ricardo Velmor
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3:16
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